El Padre Crespi y la Cueva de los Tayos
El salesiano Padre Carlos Crespi Croci ,
nacido en Italia en 1891, dedicó su vida al Ecuador de 1923 a 1982. La historia
del Padre Crespi es uno de los más enigmáticos. Él fue un sacerdote salesiano
misionero que vivió en la pequeña ciudad de Cuenca, Ecuador, durante más de 50
años, dedicando su vida al culto y a las obras de caridad.
En 1927, su vocación misionera le llevó a vivir al lado de
los indígenas ecuatorianos, haciéndose cargo de los indígenas, y consiguiendo
el respeto de la tribu Jíbaro, que comenzó a considerarlo como un verdadero
amigo.
Como muestra de gratitud, durante las décadas que el Padre
Crespi estuvo con ellos, los indígenas le donaron cientos de piezas
arqueológicas que datan de un tiempo desconocido explicando que eran objetos
que encontraron en un túnel subterráneo que hallaron en la selva de Ecuador.
Muchos de ellos eran de oro, talladas con jeroglíficos de un idioma desconocido
y todavía nadie ha podido descifrarlo.
Los objetos habían sido recuperados por los indios en una
cueva muy profunda, conocido como la Cueva de los Tayos, ubicado en la región
amazónica conocida como Morona Santiago. La cueva, que se encuentra a unos 800
metros sobre el nivel del mar, fue llamado debido a las características aves
Tayos que son casi ciegos y que viven en sus profundidades.
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